Bienestar integral: Los cinco beneficios del Hot Yoga para la salud integral

El Hot Yoga o Bikram Yoga es una forma de práctica que no solo promueve la flexibilidad y la resistencia, sino que también aporta una variedad de beneficios para la salud mental y física. Se caracteriza por realizarse en un ambiente cálido, con temperaturas superiores a los 28°C.

Nataly Nusbaumer, instructora certificada en Hot Yoga, explica cuáles son los principales beneficios.

1. Mejora la flexibilidad y fortalece los músculos. La combinación de calor y movimiento en estas sesiones ayuda a flexibilizar los músculos de manera más profunda, lo que no solo incrementa la flexibilidad, sino que también fortalece los músculos, mejorando la postura y reduciendo el riesgo de lesiones. Con el calor, los músculos se relajan y ablandan, permitiendo a quien lo practica alcanzar y sostener posturas con mayor facilidad. A diferencia de las clases convencionales de yoga que priorizan el estiramiento, Hot Yoga se centra en posturas prolongadas que fortalecen y alinean el cuerpo. Este enfoque no solo previene el daño articular, sino que también contribuye con el fortalecimiento del tejido articular, reduciendo potencialmente la necesidad de intervenciones quirúrgicas.

2. Estimula la circulación y mejora la salud cardiovascular. El ambiente cálido del Hot Yoga contribuye con una mejor circulación sanguínea, lo que tiene efectos positivos en la digestión, la reducción de la presión arterial y el fortalecimiento general del sistema inmunológico. Además, al realizar posturas específicas, se promueve el flujo sanguíneo hacia diferentes áreas del cuerpo, beneficiando el corazón y mejorando la salud cardiovascular en general. El calor ayuda en la regulación del sistema inmunológico, aumento de la resistencia y preservación muscular, resiliencia mental a través de la hormesis y la producción de proteínas de choque térmico (HSP), beneficiosas para la salud cerebral y la protección contra enfermedades neurodegenerativas.

3. Reducción del estrés y la ansiedad. El Hot Yoga no solo trabaja el cuerpo, sino también la mente. La combinación de calor, movimiento y respiración profunda crea un ambiente propicio para reducir el estrés y la ansiedad. El sudor liberado durante la sesión ayuda a eliminar toxinas, y la práctica consciente de las posturas promueve la relajación mental, proporcionando una sensación de calma y bienestar.

4. Eficiencia en la rutina de ejercicios. Practicar Hot Yoga permite obtener resultados similares al yoga tradicional, pero en menos tiempo. El calor facilita la entrada profunda en las posturas, estirando y moviendo cada parte del cuerpo de manera efectiva. Esto no solo hace que la rutina sea más eficiente, sino que también mejora la capacidad de recuperación muscular.

5. Pérdida de peso saludable. El ambiente cálido no solo acelera el metabolismo, sino que también favorece la desintoxicación del cuerpo a través de la sudoración. La combinación de ejercicios de yoga y respiración adecuada ayuda a eliminar el exceso de líquidos y calorías, proporcionando un método seguro y saludable para perder peso. Además, la relajación y el estiramiento muscular resultan en una mayor energía y vitalidad para el día a día.

Como asegura Nataly Nusbaumer, certificada por la experta Marina Bourantonis, entrenadora de Yoga Athletic Funcional, esta disciplina ofrece una experiencia única que va más allá de la mejora física. Con sus beneficios, esta práctica se convierte en una opción integral para aquellos que buscan una mejora holística en su bienestar, descubriendo una nueva dimensión de salud y equilibrio. La experta afirma que, con un enfoque científico, es crucial comprender que la cantidad de calorías quemadas durante una clase de Hot Yoga puede variar, factores como la intensidad, la participación muscular y el tiempo bajo tensión influencian en el gasto calórico. “En una clase típica, la quema puede oscilar entre 500 y 700 calorías, mientras que, en sesiones más intensas, como Hot Pam 90, se pueden quemar entre 700 y 900 calorías. Es importante señalar que el compromiso activo de los músculos desempeña un papel crucial”, comenta.

La participación muscular intensa, como en las posturas de resistencia o fuerza, aumenta el gasto calórico, ya que los tejidos musculares activos consumen más calorías incluso en reposo, convirtiendo la participación muscular en un factor clave en la quema total de calorías durante un entrenamiento.

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