Por Diego Alfonso
Una verdadera experiencia cafetera vivimos en la Finca del Café, en la vereda Guacas de Santa Rosa de Cabal, 1,5 kilómetros arriba de la universidad UNISARC.
Recorrimos – ataviados con sombrero, poncho y canasto – el cafetal, recolectamos café, lo despulpamos, lo tostamos en fogón de leña, a la vieja usanza, lo filtramos en un colador de tela y lo degustamos recién hecho, en medio de los dulces aromas que quedaron rondando el ambiente.
Antes de eso, en la Finca del Café tuvimos la fortuna de ser despertados por trinos de diversas especies de aves que habitan este espacio lleno de naturaleza y del bello e impactante Paisaje Cultural Cafetero, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2011.
Luz Nelly Díaz, gerente del lugar, nos dio varias lecciones sobre la cultura cafetera. Una de ellas la necesidad del secado natural al sol para sacar un café especial. También que a un café especial, gourmet o premium “no se le debe agregar azúcar porque se debe sentir algo parecido al vino, sentir los aromas, si sabe a cítrico, a miel, a almendras, igual que cuando se cata un vino”, dijo.
En el recorrido, Luz Nelly también nos enseñó que, tradicionalmente, en el Eje Cafetero el café se cultiva, bajo sombrío en laderas de montañas y que se construyen casas en bahereque desde donde se cuidan los cafetales. “Los ancestros les daban a sus hijos un pedazo de tierra y un pedazo de la casa, por eso las casas son muy grandes, porque tenían cafetal y lo cuidaba una gran familia”.
En el recorrido por el cafetal de este lugar se pueden apreciar también matas de yuca, arracacha, papayo, lulo, guamo, plátano y heliconias. Y todo este paisaje unido se puede visualizar desde un mirador en guadua que construyeron en lo alto de la loma, donde también se construye un centro de convenciones con todo el imponente Paisaje Cultural Cafetero como postal.
En la Finca del Café, además de promover la cultura cafetera con el tour del café, también se hace la Luna de café, que tiene cuentería, música y trova, ambientada por una fogata en medio del cafetal. Por eso, hace parte de tres satélites, junto con los termales de Santa Rosa y San Vicente y un sector de la zona histórica de Santa Rosa de Cabal que impulsaron al gobierno nacional a declarar a este municipio risaraldense como destino sostenible el pasado diciembre.
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