Barranquilla, más allá del Carnaval

Por Diego Alfonso

Escribo este artículo ambientado con la música del gran Joe Arroyo, un cartagenero que dijo ‘En Barranquilla me quedo’ y lo cumplió hasta el final. Hoy su memoria sigue presente en sus canciones, en los barranquilleros que arrebataos bailan su música y en el monumento de Yino Márquez de más de 9 metros de altura que se ha convertido en un sitio de culto para sus seguidores y turistas en el Parque de los Músicos, vecino del Romelio Martínez, estadio que fue sede de Junior ‘tu papá’ hasta hace algunos años.

Barranquilla le abrió la ‘Puerta de Oro de Colombia’ a la navegación por el río grande de La Magdalena, al primer servicio telefónico, a la primera línea férrea de la Colombia actual, a la aviación comercial en el país, a la primera emisora comercial de radio privada llamada La Voz de Barranquilla, al primer puerto marítimo y fluvial del país, a la primera Zona Franca, entre otros hitos más.

Notamos, en los escasos dos días que la visitamos, que se ‘vende’ como una ciudad para hacer negocios y los fines de semana varios de los hoteles ofrecen tarifas más económicas, cosa que no ocurre en épocas de Carnaval, la fiesta más grande de Colombia, que termina cada año con la muerte de Joselito, un día antes del miércoles de ceniza con el que se inicia la época de la Cuaresma, periodo de recogimiento de tradición Católica que precede a la Semana Santa.

Sin embargo descubrimos mucho más. Es una ciudad moderna que tiene planes para todos los gustos y presupuestos. Hay centros comerciales, parques y zonas para caminar en medio de una temperatura de unos 27 grados centígrados, que es enfrentada por una brisa que refresca y anima.

Si uno de los orgullos de los colombianos es poder contar con dos océanos, los barranquilleros deben sentirse más orgullosos porque en su territorio se encuentran el río más importante del país – el Magdalena – con el inmenso Caribe. Por eso, uno de los grandes atractivos que le encontramos es el barrio Las Flores, donde se consiguen una gran variedad de platos a base de mariscos y pescados de río y de mar.

Y hablando de comidas, en ‘La Arenosa’ o ‘Curramba la bella’ – como también se le conoce a la capital del Atlántico – se consiguen muy buenos restaurantes de cocina nacional e internacional, de esas marcas que hay en todo el país y otras más. A nosotros personalmente nos gustó el Portal del Marisco, una recomendación de María Helena, una barranquillera muy amable que conocimos en el avión de ida y nos acercó a la ciudad desde el aeropuerto; así como Narcobollo, con los fritos típicos de la costa, y La Bonga del Sinú, con carnes y otros platos típicos de esta región del país y un suero para chuparse los dedos si se acaban los patacones.

Foto Colombia de Fiesta.
Casona del barrio El Prado.

Su barrio El Prado podría ser uno de esos bellos ‘Pueblos Patrimonio de Colombia’. Declarado Patrimonio Histórico de la Nación, este barrio diseñado en los años 20 del siglo pasado hay que recorrerlo a pie, cámara en mano, como uno de esos planes imperdibles la primera vez que se visita la ciudad. Aunque la mayoría de esas grandes casonas ahora tienen otro uso diferente al residencial en sus fachadas sigue presente el encanto del pasado.

Otro lugar que visitamos y que los invitamos a conocer es La Cueva, espacio cultural y gastronómico, donde se puede disfrutar de una rumba charladita, como lo hacían en su tiempo nuestro Nobel Gabriel García Márquez y sus más queridos amigos.

Foto Colombia de Fiesta.
La Troja, un templo de la salsa brava en Barranquilla.

Y un espacio que nos sorprendió y – a mí personalmente – me hizo repensar el salsero que llevo dentro, es La Troja, una organización musical con salsa de la más brava que el año pasado cumplió 50 años. Esta esquina de la rumba caliente, de la carrera 44 con 72, es sitio de reunión de los salseros de verdad verdad. Allí escuché canciones, que invitan a bailar de zapato rojo o blanco, que no había escuchado en otro lado, con bailadores arrebataos que ‘rumbean todo el año, todo el año sin parar’.

Quizás como una excusa para regresar pronto, nos faltó conocer lugares como La Casa del Carnaval, el Parque Cultural del Caribe, el Zoológico de Barranquilla, el Antiguo Edificio de la Aduana y otros que esperamos pronto poder reseñar.

Y, como dice uno de los himnos de la ciudad (así lo sentimos esos días) ‘se siente, se siente, se siente Barranquilla, se siente, se siente, se siente su alegría’…

Video de nuestra visita…

Galería de fotos de nuestra visita a Barranquilla.

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